Adoptar una dieta no es algo temporal porque la alimentación saludable debe ser un estilo de vida para conseguir que el cambio sea real y se prolongue en el tiempo.
La OMS asegura que una vida saludable es aquella en la que existe un equilibro entre lo físico, mental y lo social. Esto no se limita a seguir una buena alimentación o realizar ejercicio de manera constante; además, se debe cuidar el estado mental y emocional.
Por eso, el balance emocional y mental es fundamental para desarrollar las aptitudes sociales, la actividad cerebral y el optimismo.
Está comprobado científicamente que aquellas personas que gozan de un buen estado de comodidad disminuyen el estrés, la ansiedad y el cansancio, entre otros síntomas de una mala salud mental.
Asimismo, la actividad social también es fundamental para el bienestar. Todo esto es una cadena que nos ayudará a convertir nuestras dietas en un estilo de vida.