El ajo actúa como un antibiótico natural debido a su acción bacteriostática, que inhibe el crecimiento y reproducción de microorganismos. El ajo tiene propiedades bactericidas, lo que significa que puede matar bacterias directamente.
Es útil para combatir infecciones respiratorias y digestivas. Además, su eficacia contra la micosis. Se destaca que el ajo es un antibiótico de amplio espectro y tiene la ventaja de respetar la flora bacteriana. El ajo tiene propiedades antiinflamatorias y antivirales gracias a su contenido de selenio, un componente antioxidante.
Se sugiere que el consumo de ajo, junto con una alimentación saludable y equilibrada, puede proporcionar beneficios comparables a los de un medicamento. Se recomienda consumir ajo natural de manera periódica para cuidar el sistema inmunológico.